El Fondo Monetario Internacional recién produjo su informe económico relativo al comportamiento de la economía mundial durante el año 2009 y las proyecciones sobre el producto, el empleo y la inflación para el año 2010.
En general, sobre el tema del crecimiento económico, el FMI es optimista, y apunta que la economía mundial tendrá, en la mayoría de las regiones, tasas positivas de Producto Interno Bruto. Deja colar, no obstante, su apreciación de una recuperación lenta en los países desarrollados, en relación a la grave crisis del capitalismo originada en el crack de la acumulación privada financiera, rápidamente propagada a la economía real.
No siendo un problema ideológico por mi militancia socialista creo que el FMI deja de reconocer científicamente que la recesión iniciada en 2008 tiene una profundidad de carácter histórico, sólo superada por la gran depresión de los años treinta, en lo relativo al carácter ruinoso o destructivo de empleo y capitales.
No es posible avizorar en el corto y mediano plazo una recuperación vigorosa de la economía en Norteamérica, Europa y Japón.
En la primera, recobrar la pérdida de un poco más de cinco millones de empleos será una tarea que demorará no menos de tres años. Tampoco han resuelto totalmente aspectos de la debida correlación de valor entre la burbuja financiera (hipotecaria) y los activos reales.
Ahora bien, el FMI en este informe proyecta para la economía Venezolana la continuación de la recesión el próximo año.
Sin entrar a discutir su afirmación saltan un conjunto de dudas sobre la veracidad de ella a partir de lo que ha sido el comportamiento del FMI, en esta materia, con Venezuela. Durante los años 2004, 2005 y 2006 los informes del FMI subestimaron el crecimiento positivo de la economía venezolana en 10%, 6,8%, y 5,6%, respectivamente.
Durante el año 2007, me tocó desmentirlos como ministro de Finanzas de mi país. Ese año el informe del FMI proyectaba un crecimiento del PIB de 3,7%, evidentemente subestimado, relegando el proceso de crecimiento sostenido iniciado en el último trimestre de 2003 y la certeza de que estábamos en el cuarto año de expansión económica. Al final, como es conocido, el PIB venezolano alcanzó una tasa de 8,4%. El FMI se había equivocado cuatro años consecutivamente.
El 12 de abril de 2002, el señor Thomas Dawson, vocero de la institución, comunicó al mundo lo siguiente: "Estamos listos para asistir a la nueva administración en cualquier manera que crea conveniente". Era un claro y rápido respaldo a los golpistas venezolanos.
Esta actitud del FMI pone en duda que se trate de una mera equivocación metodológica o insuficiencia de rigurosidad en sus análisis económicos con relación a Venezuela. Todo indica que hay una actitud prejuiciada y política frente al gobierno del presidente Hugo Chávez, que decidió no subordinar su política económica a las recomendaciones del FMI, así como no dejar supervisar más sus cuentas macroeconómicas por la burocracia fondomonetarista.
Se han comportado desacertadamente con nosotros; miopía que les distorsiona lo que acá ocurre. No obstante, más allá del Fondo Monetario Internacional, el 2010 venezolano habrá que trabajarlo duro frente a las amenazas que debemos vencer.
http://www.ultimasnoticias.com.ve/capriles/cadena-global/detalle.aspx?idart=2518586&idcat=57951&tipo=2